Este año el reto es el Campeonato Estatal del Club Enduro GDL y la primer fecha en Sayula, más que dura.
Por ahí del ´97 después de unos años de no andar en moto (antes de eso un poco de cross, pero no era posible y en cuatri –que hasta a dos ruedas de lado me la llevaba-) tras un par de accidentes y demás situaciones, se dio la oportunidad de regresar a las motos, pero como “en la calle no” pues vámonos con mi padrino –Jesús Macías a quien aprovecho para felicitar por su aniversario de bodas y agradecer todas sus enseñanzas- al enduro, pero ¿qué es eso? Tras su larga participación en cross de donde es amigo de mi papá, ahora competía en esa modalidad en el bosque.
Fue así que nos integramos al Club Enduro Guadalajara, que para entonces ya tenía su historia. Apenas iniciaba y más que poder seguir un serial nos acercamos más a los paseos, y para respaldar ante la FMM a los (en aquel entonces) pequeños Macías que iniciaban en el cross se decidió crear el MotoclubTT del que me tocó ser parte de los fundadores y bueno, ya saben, vamos rumbo a la Ruta Vallarta 18.
Desde entonces, aunque era frecuente encontrarnos amigos del enduro en uno u otro evento e incluso por ahí apoyar en algunas de sus carreras no había ni entrenado enduro, salvo hace un par de años y pocas ocasiones que (aprovechando mi licencia vigente FMM) me metí a unas nacionales, claro me dí cuenta, aunque me gustaba mucho no daba el ancho. Un par de años participamos en el Supermoto, aparte de organizar e incluso ser comisionado, la intención principal era correr, y ahí, aunque malo, picado asistimos unos cuantos años. Se acabó de tajo el supermoto –que confieso es la modalidad que más me gusta andar y se extraña (por ahí dicen que revivió ya- así que a participar en la otra modalidad que es la que más me gusta de todas (pero verla), el motocross. Unas cuantas fechas y claro la exigencia es demasiada, los costos altos y bueno, a tomar año sabático de carreras en 2015, año en el que mi hermano compitió en el Enduro Guadalajara.
Apoyé un poco, lo acompañé y hasta disfruté llevar a mi familia a lugares bonitos donde a veces hacen las carreras, aunque me cansaba más de caminar por ahí, tomar fotos, esperar…así que mejor, pues vamos corriendo, claro, consciente de que este club tiene pistas súper exigentes y el hecho de tan solo acabar, ya sería éxito.
Las cosas se fueron dando y aunque al final con un poco de prisas para la primera fecha, todo estaba listo, así que una vez más socio del Enduro GDL y a darle, invitado principalmente por el Presidente 2016, Mario Jiménez a quien tengo el gusto de conocer de hace unos años. Saludé a muchos amigos que no fallan a correr desde que me acuerdo, ahora, hasta sus hijos corren y muchos ya son adolescentes (¿cómo? pero si no estoy tan viejo…) pero siempre es un gusto ver como las generaciones siguen en estos bonitos deportes. Por supuesto muchos que fueron parte del TT y decidieron mejor correr también están ahí, y sorprendido gratamente del nivel de manejo que han agarrado. También conocí a muchos pilotos que no tenía el gusto y, creo que hay muchos que aún no conozco, pues según comentan alrededor de 300 pilotos se afiliaron este año en este club, cifra record.
Bueno, de esos 200 se inscribieron a la carrera 1 del “nacionalito” como le digo yo, Sayula al sur de Jalisco a la que muchos me dijeron le “tenían miedo”, otro que “después de esta las demás están fáciles” y “hay una bajada larga larga”, en fin, ni pensé en eso, ya estaba ahí y a darle, a estar en tiempos y cumpliendo las exigencias del enduro, desde meter moto a Parque Cerrado, traer todo tu equipo completo y con señalética, hasta NO puedes prender la moto…malo, porque sería el primer encuentro que tendría no solo con esa pista e iniciar un serial de enduro, sino con la YZ250 FX…sí, nunca la había manejado. Y peor, traje nuevo, botas nuevas, casco nuevo, así que como pudiera a acabar, era el objetivo.
Y no es por presumir, pero gracias al apoyo de Yamaha Motormex, MD Motoplaza y Profesional Bike de Ciao Italia probé marcas que nunca antes. No tengo nada contra las europeas y claro se especializan en enduro, pero para mí la fiabilidad japonesa impera. Primera vez con Yamaha. El traje Syncron de Answer me quedó a la perfección, muy cómodo. Y aunque estaba casado con mi marca de botas y casco, buena sorpresa me llevé con las cómodas SIDI (Cairoli) y el casco AGV modelo ARMA. Todo esto en conjunto me ayudaron a lograr acabar, estuve muy cómodo con todo “el ajuar”.
Además, agradecer también el apoyo de Monster Energy, Cyclone para la puesta a punto de la moto, aunque no viene “ready pa´correr” fácil encontré con Motoracing skid plate (de plástico nueva generación mejor que aluminio), moose y claro, el vital transponder; con Kang Racing gráficos a mi gusto, bark boster; con Rogmar cámara heavy duty También gracias a mi familia, esposa e hijos por su paciencia a siempre salirme a las motos, a mi hermano y papá por su apoyo, sin ellos no estaría ahí.
Como ya me fui de largo será en la siguiente cuando les platique de la carrera como tal, mientras tanto les escribo porqué “sobreviví”, y aunque no completé mi carrera como tal, quedé en primera encantado con la moto, adapté todo a mi gusto y tamaño, aunque se me pasaron algunas cosas del “setting” que tengo que poner a punto la moto me ayudó muchísimo, contento con esta 250 que elegí precisamente por eso, para no cansarme tanto, porque con 450 ahí siguiera en Sayula y claro, además tiene marcha y del cranck que también tiene, ni me acordé, pero bueno, los dejo por ahora no sin antes agradecer a Revista Moto ya que tuve la fortuna de salir –sin querer queriendo- entre sus mejores fotos, y bueno es que a veces como dicen unos amigos “no importa cómo le des, sino como te ves”.
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