Siempre hay una primera vez, y gracias a Can Am, la segunda etapa de Talpa a Vallarta de la RV17 la realicé a bordo de un Maverick (¡pero turbo!), la razón es simple, mi esposa me acompañaba.

 

Después de más de 17 años de solo escuchar sobre la Ruta Vallarta, ahora le tocó el turno a ella, por supuesto íbamos bien preparados así que no le batalló nada, bueno, solo trasladarse a Talpa para alcanzar al contingente y salir temprano a más de 100 kilómetros de aventura que aún nos faltaban por recorrer.

Así que a darle. Me sentía raro, aunque no era la primera vez a los mandos de un “volante” y aunque no iba solo no iba con mis “dudes”, así que bueno, bien acompañados sí íbamos, así que un grupito nos enfilamos, hasta alcanzar a un grupo más grande que no quiero decir el nombre pero iban muy lentos, sobre todo el papá de un reconocido piloto de cross regio que ha competido en Estados Unidos… así dejémoslo.

Amablemente nos cedieron el paso, para poco a poco irnos encontrando con caras conocidas, unos en moto, otros en RZR, que bueno, no debería confesarlo pero nos enfrentamos a un mano a mano ambos TURBO, y la verdad que nos fuimos muy parejo, pero como la cosa era divertirse pues le bajamos a la intensidad, nos tomamos un refresco, platicamos con los amigos y la foto del recuerdo, para seguir a La Mina.

Sabiendo que estaría pasable pero con la incógnita de la lluvia que estuvo cayendo hubiera causado estragos, llegamos a este increíble lugar, y la verdad que casi no veíamos por tanta agua y neblina, pero a bordo de 4 ruedas, no había mucho de que preocuparse, así que al contrario, unas cuantas fotos en la cascada y en los ríos.

Saludar a los amigos en la ruta es algo sinigual, mostrarle a la prensa de lo que se trataba esto y ¡FONDO!, ya nos acercábamos al final del recorrido así que ahora tocaba sacarle jugo al Maverick (shhh no le digan a nadie) frente a un RZR 4 plazas. La verdad que ni uno se dejó, ambos se acomodaban muy bien y aceleraban con todo, pero el momento había llegado, la Policía Federal nos marcaba el alto ya que habíamos llegado a la meta (mi esposa me preguntaba si era por que veníamos a exceso de velocidad –en la brecha- jeje) pero ahí estaban para apoyarnos, aunque cayó la lluvia y mientras ellos se resguardaban nosotros a seguirle al Barceló que ya nos esperaba, pero no contábamos que con tormenta incluida, así que llegamos más que empapados, pero esto, es incomparable, nuestro Océano Pacífico.

Pero la llegada a Vallarta era solo el principio, no sé si contarles o censurarlo, pero bueno, ahí va, un par de shows de guapas chicas engalanaron no solo el cierre de la Pool Party, sino también la Noche Azul. ¿Ya es todo? Nooo. Durante la fiesta en la alberca el DJ Cien prendió a la banda, y la banda (sinaloense) La Ejecutiva, lo hizo por la noche, cortesía de Polaris. Ah también la marca regaló nada más y nada menos que 15 cascos, uno de ellos de fibra de carbón, y si de cascos hablamos, Fox Racing otorgó uno, pero con todo y equipo, por cierto que uno de ellos se lo llevó el papá del piloto que (ya saben iba bien lento) es regio y no quiero decir su nombre, uno más cortesía de Rogmar junto con luces led, Sekurit e ITP dieron varios regalos, incluyendo esta última un juego de llantas. Ah y como les decía, una cuatri Can Am Outlander L, que se fue para los Correcaminos de Saltillo.

¿Qué más? Agradecimiento a autoridades de los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) que nos brindaron el mejor clima de seguridad, aaaaaah y se me olvidaba, reconocimientos a los clubes, en particular a los líderes, que sin ellos, no sería “tan fácil” organizar la Ruta Vallarta.

Gracias.

 

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