Por: Arturo J. Díaz

 

Me gustan todas las modalidades del motociclismo, y aunque soy muy malo, he tenido oportunidad de meterme a varias carreras y rodar todo tipo de motos. Las de velocidad se ven bien, mis respetos para los que van a alto kilometraje por hora (más los que lo hacen en la calle), mi favorito para ver (más no correr por que me vayan a caer encima los que sí vuelan) es el Motocross, la que más me ha gustado correr sin duda el Supermoto; el enduro me parece una disciplina interesante, y es la que más odio de competir.

No es para cualquiera sin duda, es desgastante lo que le sigue, pero también es la que más analogías de la vida misma tiene…

El pasado fin de semana, segunda fecha de estatal organizado por el Club Enduro Guadalajara, pero primera que corro este año. Sol a morir en Etzatlán, pista que por cierto una semana antes fue sede de la Nacional. Con un número muy diferente de pilotos. 100 de varias partes de México vs casi el doble anotados de Jalisco y varios estados más de occidente. Quiero pensar que el motivo fue que año pasado en Tapalpa éramos muchos en pista y les “estorbábamos” a los “chidos”, así que acertada o no la decisión de separar ambas, así fue, un evento regional con más participantes, de los cuales solo acabaron menos de la mitad ¿así o más dura la pista?

Poco preparado, algo desvelado, pero a darle. Madrugamos para llegar a hacer Pits con el buen Pako de la Paz y Willy, cambiarse, parque cerrado, pilotos arrancando, ah, por cierto, ya era el medio día con el sol a todo y la deshidratación se veía buena, pero Red Bull y Electrolit presentes para esos casos. Mis respetos para un señor ya de “clase alta”, que se contorsionaba para calentar, brincaba y sabe que tanto, que yo nada más con eso ya me hubiera cansado, jeje.

 

Llegaba la hora, la emoción de arrancar a dar una vueltita en moto. ¡A darle! A pasar unas cuantas “piedritas”, las “zetas”, dejaba pasar, se atoraban, pasaba, pum, primera caída… ah pero quería pasar como pro como el año pasado, no me salió esta vez. Después de eso, ya adolorido de brazos, entumido, otro rider adelante tapando el camino, y pues ni modo, a esperar a que se desentumiera (claro que los demás lo rodeaban, jajaja).

Bueno, para no hacerles el cuento largo, creo que no iba tan mal, ahí medio apoyé moralmente a un par de pilotos que iban igual o peor que yo; así que siguiente parada, tratando de buscar sombra, y como ya estaba ahí, fotitos. De ahí para adelante bajada, así que ya más relax, hasta llegar a otro atorón. Y como ya venía a “lapearme” mi hermano, pues fotos… y yo: “llevo como 5 caídas” (ahora sí que lo que nunca) y cuando me dijo: “uh yo ya dejé de contarlas” me sentí mejor, jajaja.


En fin, una caída sentado en una subida (para la otra NO vuelvo a correr con llanta a punto de morir, por algo los Pro estrenan llantita cada carrera); una willeada de moto y suelo para el lado contrario de la pista, una atropellada de un chavo muy prendido, y creo que ya fue lo que queda para contar. Ah, y ahí no acaba todo, piedras, calor (ni cuenta me di cuanto iniciaba especial- no había letrero) y yo juraba que era limitada, jeje, así que al llegar al final de especial por una bebida, me dicen, no, es más adelante… en la ma…

Llegué al oasis ¡Gracias Electrolit!

 

Y pues como ya llevaba como una hora de más, jeje, a darle a la velocidad, muy entrado y a medias de la larga prueba, ya estaba mareado de tanta vuelta, pero le aceleraba por que venían chavos con toda la galleta- y a un lado, me pasan de a 3 echándose lámina, eso es competir, ¡yeah!

Bueno, ya acabó la crono y a terminar recorrido; llegué a la cima donde el panorama es algo de lo que solo los endureros podemos ver; y a bajar, y bajar, y bajar, y yo “ah ya casi termina me acuerdo”, y bajar, y bajar… hasta que por fin. A cerrar y descansar, (gracias a la esposa de Pako que nos hidrató con frutita y nos dio de comer), y a regresar a la dura realidad, lo bueno, que era sábado.

Gracias a MD Motoplaza/ Answer Racing, Yamaha Motomex, DIAN y la familia De La Paz.