El vecino estado de Zacatecas nos recibió a los aventureros Off Road del MotoclubTT  Guadalajara, en un paseo oficial más este año, regresando a este bonito lugar en donde se encuentran Moyahua, Apozol y Juchipila.

 

Fue así que tras la invitación a rodar por allá y el buen recibimiento del Alcalde, Dr. Ibarra, acudimos a disfrutar de un clima y terreno inmejorable, de las mejores rodadas sin duda, no solo por el camino sino por lo majestuoso del paisaje.

Eso fue el primer sábado de julio, pero un día antes por la noche, no podía faltar al llamado de mis amigos de All Access, quienes darían cobertura a la iniciativa de varios clubes “biker” de hacer una rodada al recientemente acaecido, Christian Palafox, mejor conocido como “Rasta” o “Rastafox”, hermano del también famoso Johny Palafox, ambos pilotos stunt, el primero On Road y el segundo Off Road. Tanto Johny como su familia recibieron al numeroso grupo de participantes de clubes como Danger, Stoop Bikers, Free Riders, por mencionar algunos, pero aquí no había nombres sino hermandad y unión en memoria de esta gran personalidad tapatía que se quedó en el corazón de muchos.

En mi caso acudí en una Spyder que Can Am me facilitó, pero nada más y nada menos que una F3 S, que es la generación más avanzada de estas motos de tres llantas, que entre otras características el asiento, manubrio y pedales, tienen más estilo “chopper”, es decir, cambió la forma de “montar” este tipo de tri-motos, además, es una “naked”, le han quitado mucho de carrocería y sin duda se ve fenomenal. El rugir del motor al encenderla, todos sus controles y candados de seguridad, y lo mejor, la reversa, algo no convencional en una moto, te dan muchas ventajas, y aunque no puedes desplazarte entre los autos, por el contrario, ocupas un carril, los vehículos te tienen mayor respeto. Y aunque no se conduce como tal como una moto o cuatri, es una buena combinación, y en el caso de la que manejé con velocidades “standard” (aunque también hay semi automáticas), bastan un par de kilómetros en “bachelajara” para saber cómo esquivarlos. Muy bonita esta moto que sobre todo es imponente y claro, capta las miradas.

De vuelta a Juchipila, el Presidente Municipal mandó una camioneta de policía a escoltarnos hasta la plaza, en donde él nos recibió amablemente y dio el banderazo de salida, para arrancar de nuevo dirigidos por los oficiales y respaldados por ambulancia, gran apoyo sin duda, igual al regreso, que ya nos esperaban para acompañarnos hasta el hotel sede y balneario de aguas termales, Paraíso Caxcan, que nos recibieron con los brazos abiertos y donde las familias disfrutaron de las albercas y la convivencia, sobre todo en la cena, aunque la lluvia se hizo presente y nos mandó a dormir temprano, después de una larga jornada de carretera, paseo y diversión.

Y aunque el recorrido fue relativamente corto, la acción fue intensa, de las pocas veces que he rodado lento por precaución, bueno, no tanto, queriendo y no con tanta parada me iba al frente, tomaba fotos y video, luego otra vez atrás, los alcanzaba, en fin, me la pasé de lujo, pero el terreno era engañoso así que no había cabida para confiarse de más. Lo que parecía arena con tracción, no lo era, y –para los que están de acuerdo conmigo que se enseña uno a “leer el terreno”- aquí no había lógica, así que a apretar la moto y acelerarle para no ir patinando de lado a lado, y a emplear ya la técnica de temporada de lluvias (ah como me acordé del Funenduro en Valle de Bravo). 

Fuimos suficientes pilotos del TT (solo 2 de dos ruedas acudimos) pero varios cuatris, y “carritos” ni se diga, más los que se juntaron en el camino, un buen número de participantes. La parada en la “laguna” sirvió para convivir no solo entre los visitantes, sino con los amigos de Tlaltenango, en especial el “marciano”, quien dice -me conoce desde que yo era joven-, jajaja, me mató con esa.

Por último, les comparto una de las imágenes de la panorámica de Zacatecas que nos tocó disfrutar.

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