El MotoclubTT aprovechó el “puente” para su tradicional Ruta Barra, ahora en circuito.

Veía hace unos días en Parquecerrado.com el video de lo que le pasó a Villopoto en su inicio del Mundial del Motocross, y ahora sí que “novateó”, con atorada en el arrancadero, rodando solo y los alcanzó, increíble, y recordando el Supermoto que alguna vez hicimos nocturno como novedad en Guadalajara, ahora veo que no estábamos tan mal con la iluminación, hasta en el mundial esas sombras son, ufff.

VIDEO: ¿Qué le pasó a Ryan Villopoto? Aquí la 1ª Manga en Qatar

No sé si a Ryan ¿Le prohibirán decir “W T F!!!”? que no lo oí ni en la parrilla ni cuando lo tumbaron, vaya, ni en su otra caída donde perdió varias posiciones. Eso es ser profesional. Y los brinconones, espectacular, y uno aquí tan a gusto sentado viendo como vuelan, y ufff ese pasito al borde de la orilla, wow.

En fin, de vuelta a la realidad, el Motoclub Todo Terreno Guadalajara, conocido como el TT, en esta ocasión aprovechamos el festejo de Benito Juárez adelantado para realizar la ya tradicional Ruta Barra, en Barra de Navidad, Jalisco, una playa en la frontera con Colima que nos recibía así.

 

 

Pero no típico de la fecha sino todo lo contrario, el agua se haría presente, y vaya que bastante, así que los casi 100 participantes, la gran mayoría “carritos”, varios cuatris, y motos, nos enfilamos en punto de las 8 de la mañana del domingo, claro, aprovechando el sábado en familia y para convivir en la comida los amigos.

Se hicieron varios sub grupos, tratando de ir todos lo más juntos posible, y aunque a quienes venían atrás (al regresar por la tarde nos dimos cuenta) habían tenido imprevistos con una cuatri que se fue a una ladera y la desafortunada caída de un socio que había dado el paso a conducir en dos ruedas, nuestro grupo iba a la delantera con el equipo del programa televisivo All Access, aunque también con algunos detalles de los “fierros” circulamos el recorrido de alrededor de 200 kilómetros en los tiempos planeados, eso sí, el uso de GPS fue fundamental.

Aquí no había más que amistad, las etiquetas quedaban en casa y todos gozamos el recorrido, que aunque en partes con polvo, la lluvia llegó justo a tiempo para ponerle sabor a las cosas, dejando bonitos caminos, aunque con algo de frío y poca visibilidad. 

 

 

La ruta más que bonita, subimos a la montaña, cruzamos ríos con poca agua –que por cierto estaba fría-, también con muchas piedras y uno más de arena suelta, retos no solo ahí sino en caminos destruidos y “abriendo” nuevos caminos, claro, todo con permiso de los terrenos privados. La convivencia no solo para salir adelante en los pasos técnicos, sino en las recargas de gasolina y el almuerzo (mariscada) organizado sirvieron para convivir aún más, y que mejor, al pie del río, aunque este sí tenía profundidad y con el tiempo creciendo la corriente, así que a darle que se hace tarde y lo que menos queremos es que se haga de noche.

 

 

Después de dejar a este polizonte en su habitad (ahora ya nombradas llantas Pirelli Scorpion por un usuario del Face) recorrimos el último trazo hasta llegar a la siguiente recarga de gas, a donde nuestro amigo del programa Telemotos por fin llegaba después de unas averías y el primer grupo estaba completo, cerrando capítulo de un buen motociclista, “el que se cae y se vuelve a levantar”, mi papá, que después de un año y fracturas en cara en un ilógico (accidente como tal) suceso en  una gasolineria ahí estuvo con el favor de Dios, rodando con nosotros y no solo eso, liderando este club que nos une y que nos permite disfrutar de estos días.

Fue así como llegamos al último reto, la playa. Y no solo por las decenas de kilómetros que rodamos en la nada fácil y traicionera arena –si te descuidas- sino por el gran susto que nos dio en el marcaje previo nuestro compañero Juan Manuel, al durar 8 horas dentro del mar, 8 horas de noche, al ser embestido por una ola en el cruce con un río que nunca nos había tocado se juntaran ambas aguas, así que era un temor que pasó desapercibido al no estar saliendo agua al mar, pero que en contraste, el jeep “enterrado” es testigo de la fuerza de la naturaleza y los riesgos de retarla.

Afortunadamente y como planeado, la gran mayoría llegamos al destino en el tiempo programado, para cerrar con una cena (carne traída desde Sinaloa especialmente) en donde además de comer rico y convivir con amigos así como familia, el ambiente festivo cerró con la música de banda por varias horas y uno que otro valiente que cantó. Pero la impresión no terminó ahí, al día siguiente en el desayuno fuimos testigos de una gran entrada de agua dulce a la bahía (pensamos era un río pero nos aclaraban era el drenado de una laguna para evitar inundaciones en poblados cercanos) pero la fuerza del agua y las grandes olas, es algo simplemente impresionante e imposible de describir, algo único que tuvimos la oportunidad de presenciar.

Agradecemos las facilidades a Can Am BRP/Motomar, MD Store/Answer México, a todos y cada uno de quienes llevaron una tarea y lograron que este recorrido, el cuarto del año para el MotoclubTT, fuera un éxito.

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