Por: Carlos Gomezcésar y Armida Hernández

Del siempre nublado Reino Unido nos llega a nuestro garaje la Triumph Tiger 850 Sport. Una moto con orientación 100% asfáltica que hasta el día de hoy representa la entrada al mundo Trail por parte de la firma de la casa de Hinckley.

Cuenta con elementos estéticos y mecánicos de sus hermanas mayores que a más de uno nos podría hacer decantar por la marca. Con el estéticamente bien plantado el sello de la casa, sus faros la muestran rabiosa con una gran ceja blanca (DLRs) haciéndola una motocicleta muy atractiva a la vista.

Utiliza el mismo motor “T-plane” de la 900; un tricilíndrico en línea con refrigeración por líquido, 12 válvulas y doble árbol de levas en cabeza (DOHC) de 888 cc ajustado a 85 hp a 8,500 rpm y un par máximo de 82 Nm a 6.500 rpm que la hace más maniobrable en la ciudad y contar suficiente energía para salir de ruta a cualquier parte. El motor sorprende, la suavidad del tricilíndrico es encomiable destacando su puesta a punto específica, tal vez un torque máximo estuviera más arriba.

Cubriendo al motor se encuentra el mismo chasis que montan sus hermanas mayores la 900 GT y el 900 rally lo cual nos da un manejo seguro y estable a cualquier velocidad, el chasis multi tubular junto con el sub-chasis, el asiento (que se puede subir una pulgada para personas más altas) y la posición del manillar nos dan como resultado una motocicleta muy cómoda. Como detalle a mejorar para usuarios de menor estatura, nos gustaría una colocación de 2 a 3 cm más alto.

Si hablamos de confort y seguridad percibida tenemos que darles crédito a las suspensiones. La delantera no cuenta con regulaciones, su muy bien estudiada puesta a punto da la sensación de que la moto ande sobre rieles sin ser demasiado blanda o dura, en la parte trasera cuenta con un mono amortiguador Marzocchi con ajuste manual de precarga.

Nuestra unidad de prueba contaba con rines de aluminio que para la parte trasera son de 17 pulgadas y delante de 19, montados sobre neumáticos Michelin Anakee Adventure que, aunque no son nuestros favoritos, se desempeñan bien. Cabe hacer notar que monta unos poderosos frenos firmados por la marca Brembo de cuatro pistones para la parte delantera y de uno para la trasera; todo esto en su conjunto la hace lucir sorprendentemente bien en autopista y en caminos revirados donde el pavimento no siempre sea el mejor.

Punto y aparte para la iluminación que al ser full LED junto con sus DLRs hace que nos vea cualquier vehículo sin importar el clima Y a cualquier hora del día (como dato curioso el cambio de entre altas, bajas y DLRs lleva una curva de aprendizaje de un par de horas) El tablero está a cargo de una pantalla TFT que nos hubiera gustado que fuera más grande.

Si usted querido lector ha llegado hasta este punto, le parecería que estuviera describiendo a una moto casi perfecta, nada más fuera de la realidad. Pero si vemos en conjunto todos y cada uno de los detalles, hacen de esta motocicleta un producto muy consistente. Lista para satisfacer a casi todos los motoristas que desean entrar al mundo Trail de Triumph.