Que mejor manera que compartir el mismo deporte con la persona que amas.

 

Es como inició la Belleza Extrema, JESSICA MOCTEZUMA CASTRO en el enduro y, actualmente en el motocross.

 

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Mientras preparábamos las cámaras en la pista de Motocross de Lomas de Angelópolis, Puebla, Jess se equipaba de pies a cabeza; y con su gran carisma que la caracteriza, nos platicó la historia del por qué se involucró en el motociclismo. 

Nos comentó con énfasis: “Siempre me preguntaba por qué Pablo (Pablo Guerra, su novio, motero de hueso colorado) llegaba tan tarde los sábados y domingos por ir <solo> a endurear. No obtuve una respuesta <creíble> hasta que unos familiares me pidieron vender unas motos; entre las máquinas de acero había una de buen tamaño y decidí aprender en ella. Fue hasta ese momento, 4 años atrás, que experimenté en carne propia la pasión por las dos ruedas; lo que Pablo trataba de explicarme cada ocho días.”

 

Es así que Jessica no tardó en darse cuenta que este deporte te atrapa.

Así comenzaron las salidas de enduro; lluvia y lodo, arena y mar; horas de diversión. Ella manifiesta: “Tengo miles de anécdotas -desde quedarnos ponchados en pleno cerro, hacer rutas muy largas, percance con algún compañero, permanecer bajo la lluvia en varias ocasiones e incluso algunas otras no tan gratas- pero todas han valido la pena.”

Pero Jess, le preguntamos: ¿Te aceptaron de buena gana los amigos de Pablo? A lo que respondió: “Algunos sí y me recibían con gusto, otros ponían cara de <ya llegó esta vieja y nos va atrasar> pero en vez de alejarme del enduro, me obligó a ser mejor hasta que llegó el día en que voy pegada a ellos y a veces, debo esperarlos”. 

 

 

Con vehemencia puntualizó: “Ahora tenemos un grupo de amigos súper buena onda; vamos todos juntos; me ayudan, me apoyan, ya no hay discriminación y eso me motiva más.” 

Pablo lubricó la cadena, entretanto Jess hizo la mezcla exacta para su Honda 85cc 2 tiempos para luego arrancarla; acto seguido, estiró brazos y piernas. Se sube y entra a la pista; sin preámbulo alguno, ella brinca, uno tras otro y cada vez más alto y más rápido; mesas, un doble y curvea.

Acaso ¿Esta chica lleva haciendo motocross toda su vida? Parece chapulín; de forma muy segura salta y con una excelente posición de manejo. Le pedimos hacer un par de tomas en el brinco que más le agradara y elije el más largo de todos. Con su estilo, indudablemente hace que hagamos nuestro trabajo más fácil.

 

 

Hace pequeños lapsos de descanso sin quitarse el casco ni bajarse de su moto; tiene la mirada concentrada y al mismo tiempo, nos responde con carácter jovial. Posa para la cámara con gran soltura, de un lado a otro; pareciese no cansarse y por el contrario a lo que se “pensara”, se relaja. 

Jess, ¿Por qué Motocross? “Me fascina y me ayuda como complemento para el Enduro” Por lo tanto, ¿Eres mucho mejor haciendo Enduro, Jessica? -risas- “Me gusta más pero últimamente en el motocross he encontrado mi YOGA; por ahora tengo el tiempo suficiente para hacerlo”.

 

 

¿Por qué escogiste el número 71?

“La moto venía con el 7 y como no me gusta ese número en sí, le puse el 1 para que al sumarlo diera 8”.

Entonces, ¿Te gustaría correr motocross? 

“Lo he pensado pero solo para medirme con otras chavas. He tomado cursos en la escuela Motocross Academy y para ser sincera luego se me antoja pero no quiero desviarme de mi objetivo principal, lo hago porque me gusta y si en algún momento decido competir será convencida al 100%.”

 

 

Por último Jess, ¿A qué piloto mujer u hombre admiras en ambas modalidades y, por qué?

“En el Enduro me gusta mucho el manejo de Graham Jarvis por la forma tan exacta en que libra los obstáculos y manipula la llanta trasera. También Taddy Blazusiak por su constancia y velocidad. En el cross, definitivamente, Ashley Fiolek porque a pesar de sus limitantes logró desarrollar una conexión para sentir su moto. Pero de todos, mi máximo es Travis Pastrana.”

Muchas gracias por tu tiempo.

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