Imagínate que viajas tranquilamente por el norte del país, de repente eres interceptado por un grupo armado, el cual te obliga a bajar de la camioneta, junto con tus acompañantes, te meten en la parte trasera y te cuestionan tu presencia en ese lugar. Más de 40 minutos aguantando insultos, semi desnudos, amenazas y tratando de sacarte información que en verdad no posees.


Abandonado lejos de la zona urbana, ya sin motos, sin camioneta, sin cartera, sin papeles, sin dinero y solo con una playera y boxers sales en busca de ayuda. Una patrulla local te lleva a un hotel cercano para contactar a tu familia. Tienes que salir nuevamente corriendo del hotel en medio del bosque porque la patrulla local llega con “refuerzos” quien sabe para que.

Tras varias horas de caminar, hambre y sed, una camioneta del ejército mexicano, la cual demuestra sus duras batallas al tener un sin número de impactos de bala, te lleva a la caseta más cercana sobre la autopista para que puedas solicitar auxilio a los amigos más cercanos y tratando de no poner nerviosos a tus familiares.

Ahora, no lo imagines, porque fue otro hecho aislado que ocurrió hace apenas un par de semanas en el norte de nuestro país; el piloto solo iba a participar en una carrera local y ahora no sabe si salir de su casa o no, sus papeles y documentos se los llevaron además de motos, equipos completos, etc. Pero la vida no se compra, así es que tanto el piloto como su acompañante están con bien.

Como ha cambiado nuestro país en apenas unos años. Recuerdo las innumerables carreras en las que salía con mi familia incluso de madrugada para llegar temprano a una pista, solo había que tener cuidado en algunas zonas, pero nada más. No se contaba con la infraestructura de ahora, pero pasa a segundo término cuando está en riesgo tu vida y la de los tuyos, las cosas materiales es lo de menos.

¿Qué hacer en estos casos? La verdad es que no tengo la respuesta, pero confirmamos los resultados de nuestra última encuesta donde la baja participación de pilotos en seriales nacionales y regionales de cualquier modalidad se ha dado en mayor medida por temor.

Y no se trata de sembrar miedo y mucho menos bajar el entusiasmo de familias para participar en eventos de motociclismo, porque todos perdemos: medios, patrocinadores, pilotos y familias.

En lugar de organizarse para estar en contra de las autoridades deportivas ó de organizadores de carreras, valdría la pena hacer algo similar pero para asesorarnos, informarnos y saber que hacer en estos casos.

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